Al amanecer, el bosque se llena con las risas y juegos de Hansel y Gretel, dos hermanos a los que les encanta reinventar los cuentos de siempre, viajar a lugares inexistentes, o preparar grandes batallas contra enemigos imaginarios.
Ellos conocen todos los secretos que se esconden en aquel lugar, incluso el del extraño Niño que vive dentro del pozo.
Un pequeño incidente les llevará a tener que enfrentarse a sus propios temores y a descubrir el poder transformador de la amistad.
El Niño que salió de un agujero negro no es sólo un espectáculo teatral. Nació como un proyecto de sensibilización social a través del arte para luchar contra el estigma de la enfermedad mental dirigido a niños y familias.
Se vertebró en 3 ejes: un montaje teatral, una exposición plástica y un documental de cine.
A través de un laboratorio de experimentación creativa, personas con enfermedad mental y artistas se unieron para crear colectivamente la dramaturgia de esta pieza escénica. Al montaje teatral se sumó el trabajo de 21 creadores plásticos quienes generaron obra en torno a la temática para dar a luz al montaje expositivo “21 miradas al Niño que salió de un agujero negro”.
Del mismo modo, el cineasta David Esquivel creó un documental: “Los niños que salieron de un agujero negro”, en el que se recoge el testimonio de dos niños acerca de la enfermedad mental a través de su vivencia en primera persona yendo a convivir al psiquiátrico durante un tiempo.
El Niño que salió de un agujero negro ofrece una nueva mirada al universo de la locura, para generar en niños y adultos, nuevas claves de comprensión hacia la enfermedad mental.
El Niño que salió de un agujero negro es también nuestro deseo de transformar el mundo y llenarlo de sueños de libertad.